Mocca en el País Vasco: Pinxos, Fresquito y el Dilema del Restaurante Dog-Friendly.
- Rebecca Alonso Gracia
- 4 nov
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 2 días
Como ya os adelantamos en el anterior blog, por fin pudimos hacer un viaje en condiciones sin ningún imprevisto, bueno eso creíamos…

La aventura empezó cuando, junto a mi pareja, Mario, decidimos hacer un viaje dog-friendly por el País Vasco. Una vez decidido el destino , yo, Rebecca, que soy la que organiza los viajes (¡algo que me encanta!) , busqué un sitio donde poder descansar de la ciudad, del ruido, del calor extremo que tenemos en Zaragoza , y, sobre todo, un lugar donde Mocca pudiera disfrutar tanto como nosotros.
Tras encontrar una cabañita en el monte, llamada La Cabaña Rural, en Vitoria, empecé a ver qué podríamos hacer los días que estábamos por allí. Una vez listo el itinerario, miramos restaurantes para poder ir con Mocca, ya que es la parte más difícil de planificar las vacaciones.
Cuando llegó por fin el día de partir, cargamos el coche y lo preparamos para Mocca. Fuimos como primera parada a Vitoria-Gasteiz. Allí recorrimos el centro histórico, donde Moquita disfrutó del fresquito del norte de España. Al acabar de ver el centro y hacer bastantes fotos, paramos a tomar algo en las terrazas, donde en cualquier sitio Mocca era bienvenida.
El problema vino cuando intentamos comer en algún restaurante que, según internet, sí era dog-friendly, pero ¡sorpresa!, solo lo eran en las terrazas, como casi todos los bares. El día se puso feo y empezó a hacer más fresco de lo que habíamos imaginado. Así que al final, Mario, entró al Mercadona y allí compramos comida. Comimos los tres juntos en el coche: Mocca con su pienso, y nosotros algo rápido y frío. Digamos que tuvimos "nuestro picnic romántico".
Una vez "comidos" nos fuimos a nuestro alojamiento, 100% recomendable, ya que no suponía ningún suplemento y tenía un buen tamaño de jardín para jugar suelta. Además, estaba rodeado de monte donde se podía pasear sin problema.

Al día siguiente nos fuimos a Castro-Urdiales, un pueblo súper bonito y ¡lleno de perros! Allí Mocca estaba en la gloria; cada dos pasos había un perro nuevo al que olfatear y querer jugar. Vimos el pueblo, que es precioso. Mocca se quedó embobada viendo a los niños jugar en la playa y cómo saltaban desde un acantilado.
Como siempre, hicimos algo que le gusta mucho a Mocca y a nosotros: ¡Tomar el vermú! Al estar por el norte de España, ir de pinchos es lo que se lleva y a nosotros nos encanta. Por suerte, ese día el tiempo lo permitía, así que comimos así: de bar en bar, de terraza en terraza. A Mocca, por supuesto, le pusimos su pienso y su cuenquito con agua para que ella también tomara vermú (¡no vaya a ser que se sienta excluida de la cultura vasca!).

Al terminar nos fuimos para la cabaña. Allí hicimos plan de campo, estuvimos descansando un poco, sobre todo Mocca, ya que tenía 6 meses y se cansaba enseguida. Una vez se activó, nos pusimos a jugar al fútbol en el jardín. Ya llegó la hora de cenar y pusimos su comida húmeda. Nosotros usamos Dogfy Diet. La verdad es que, al tener una nevera en la cabaña, fue perfecto para tenerlo allí, aunque para trasladarlo desde Zaragoza compramos
una neverita con hielos para que se mantuviera.
Al día siguiente teníamos el día completo: íbamos a ir a Gaztelugatxe, Bakio y Bermeo. Pero, pese a mis intentos de seguir el planning, siempre hay algo que no sale bien. En este caso, primero, fue el orden: fuimos a desayunar a Bakio, que está justo abajo de la montaña del mirador de Gaztelugatxe.

Al terminar cogimos el coche y subimos a ver la ermita. Pero, ¡UPS!, hubo un gran problema… Miramos para ver si Mocca podía entrar, pero no miramos si había que coger entrada. Yo fui cuando aún no había reserva, así que allí nos presentamos y, cuando bajamos a la entrada, nos dijeron que había que reservar. ¡El plan se fue al traste por no leer la letra pequeña! Nos dimos la vuelta y fuimos a verlo desde lejos.
La verdad es que, pensándolo bien, fue la mejor opción, ya que tendríamos que haber cargado a Mocca a mitad de camino como tarde (y ya me imagino a Mario sudando la gota gorda con Mocca a cuestas).
Luego marchamos a Bermeo, donde comimos con vistas al puerto en el Bar Izaro Irish Pub. La verdad es que comimos genial y la terraza estaba llena de perritos.

Como íbamos con el tiempo de sobra al no haber podido ir a la ermita de Gaztelugatxe, nos fuimos a Bilbao, a ver el centro y a que Mocca se hiciera una foto con una estatua gigante de un perro (el famoso Puppy). Tras tomar unos pinchos por el casco de Bilbao, ya marchamos a nuestra cabaña a disfrutar de nuestra última noche.
Al día siguiente marchamos ya para el Pueblo; como ya os comentamos, Mocca y yo estuvimos todo el verano allí, pero antes hicimos una paradita en Tarazona, donde estiramos las piernas, vimos el pueblo, comimos de tupper y nos tomamos un café.
Y este es nuestro viaje de verano. Como podéis ver, poco a poco nos vamos organizando mejor con el tema Mocca, ¡ya que en muchos sitios no dejan entrar perros, por sorprendente que sea!
Antes de despedirnos, aquí van nuestros consejos de supervivencia y lecciones aprendidas en esta aventura:

Doble check al Dog-Friendly: No te fíes solo de Internet. Como nos pasó en Vitoria, un restaurante "dog-friendly" suele significar solo terraza. ¡Ten siempre un Plan B de comida fría (o un Mercadona) cerca!
La letra pequeña de los plannings: ¡Lee las normas! El plan de Gaztelugatxe se fue al traste por no ver que había que reservar entrada. Si visitas un sitio icónico, mira siempre los requisitos para humanos y perros.
El Alojamiento y los Suplementos: Confirma si hay cargos extra por tu mascota. Afortunadamente, en La Cabaña Rural no tuvimos suplementos, pero 15€/noche puede parecer poco y al final del viaje… ¡suman!
Y después de contarte nuestro viaje en coche entre pinchos y planes fallidos... ¡Queremos escuchar tu drama perruno!
¿Fue tu aventura un éxito rotundo, o también acabaste comiendo latas de atún en un arcén?
¡Desahógate y cuéntanos tus aventuras (o desventuras) más divertidas en los comentarios!



Comentarios